Pasar de producir más, a producir mejor
En la cultura global actual, nos venden la idea de que siempre se debe fomentar el crecimiento de la economía. Siempre estamos en búsqueda de MÁS. Más carreteras, más centros comerciales, cómo ser más eficientes, cómo producir más, siempre MÁS cosas materiales; y todo esto en un planeta con recursos limitados. Al enfocarnos siempre en obtener más cosas, dejamos de lado aspectos de la vida con mayor importancia: los indicadores de salud (que como pudimos comprobar a raíz de la pandemia, están lejos de ser ideales), las desigualdades sociales, el bienestar de las personas o incluso el bienestar del planeta.
Esto no suena alentador, pero, ¿qué pasaría si nuestra economía no estuviera enfocada en producir cada vez más, sino mejor? Imagínense una economía enfocada en tener:
- Mejores empleos: con salarios justos, horarios razonables, que le den calidad de vida y seguridad social a las personas,
- Garantizada la salud de todas las personas.
- Mejores procesos productivos: que sean menos dañinos con el medioambiente y que garanticen la supervivencia del planeta.
Este tipo de economía tiene nombre y apellido, y en los últimos años se ha popularizado. Hablamos de la Economía Social y Solidaria (ESS). En la ESS, el bienestar de las personas se encuentra en el centro de la economía; y los recursos, la riqueza, la producción y el consumo son simples medios para alcanzar ese fin.
La ESS se refiere a prácticas que tienen como objetivo contrarrestar los graves problemas de desigualdad que el sistema genera a través de iniciativas que conforman otra visión de la economía. Un ejemplo de este tipo de iniciativas es Tiendita del Campo. Tiendita es una cooperativa encargada de comercializar productos hechos por mujeres en las zonas rurales de la CDMX y cuyos procesos se alinean a los valores de la ESS.
Lo interesante de la Economía Social y Solidaria, es que puede ser considerada como un concepto integrador de varias corrientes de la economía alternativa. Retoma el enfoque de las capacidades y del desarrollo humano sostenible como la economía feminista y la economía ecológica, asi como la mirada indígena del Buen Vivir. Todas ellas buscan poner a las personas y sus condiciones de vida en el centro del análisis y vincular los trabajos con la producción socialmente necesaria y con la satisfacción de las necesidades básicas a la vez que apuestan por una economía más justa.
Para Tiendita del Campo los valores de la Economía Social y Solidaria son un motor y un fin. En Tiendita somos embajadoras entre consumidoras y unidades productivas, que buscan pasar de producir más, a producir mejor. Muchas de ellas son familias que producen para familias, buscando así una calidad no sólo de productos sino de vida. Apostar por este tipo de proyectos, puede permitir que la ESS sea una norma dejando de ser únicamente una opción.
Fuentes:
https://www.storyofstuff.org/movies/the-story-of-solutions/