Un día en la vida de Marta, Tecuiyo.
Lilus sabe por qué las piedras quieren estar solas...Sabe cuando va a llover, porque el cielo está sin horizontes, compasivo. Ha tomado entre sus manos pájaros calientitos y puesto plumas tibias en sus nidos. Es diáfana y alegre. Un día tuvo una luciérnaga y se pasó toda la noche con ella, preguntándole cómo encerraba la luz..."Lilus Kikus" (1954)“ Larga vida prometo, larga paciencia, historias largas. Y nada abreviaré que deba sucederme: ni la pena ni el éxtasis para que cuando sea viejo tenga como deleite la detallada historia de mis días.”
Marta
Me llamo Marta y tengo 50 años. He trabajado toda mi vida con animales. Por un lado, soy médica veterinaria y por el otro, soy productora de codornices. Generalmente tengo días muy apresurados. Desde temprano inicio con un baño, me preparo un café y me dispongo a realizar mis labores diarias.
Lo primero que hago es alimentar a las codornices y los conejos. Cuento con estas dos especies de las que cuido en mi casa. Después de esto, me dirijo a mi trabajo y doy consulta veterinaria.
Amo lo que hago. Mi trabajo ha sido fuente inagotable de alegría y satisfacción. Reconozco que he logrado todo lo que me he propuesto, que he podido desarrollarme y crecer estando cerca de maravillosos animalitos. Considero que no hay mayor satisfacción que curar a un animal que está sufriendo.
Yo tengo dos oficios, dos labores y dos espacios en mi corazón. Combino la labor de veterinaria con la de especialista en codornices. Lo único que temo realmente, profundamente, es la incertidumbre. Desde el sismo de hace tres años, me hice consciente de la vulnerabilidad que nos rodea. También le temo a las consecuencias de la pandemia. Lo que nunca pierdo es mi espíritu optimista y trabajador.
Dentro de las actividades que más satisfacción me dan están, cocinar para amigos y familia, enseñar a la gente el delicado oficio de cuidadora de aves, compartir experiencias con jóvenes y sacar adelante a algún animal.
En cuanto al oficio de producir codornices. Considero que es una profesión noble. La codorniz es un animal fácil de cuidar, sólo hay que supervisar que el ave no se estrese. Por otro lado, mi carrera como veterinaria me ha dado la oportunidad de generar un bienestar en familias.
Tengo dos sueños: que la gente cuide el medio ambiente y no tiren basura y que haya un mayor cuidado de los animales, evitando que sufran.